Algo más sobre la alegría. Se llamaron en origen «Los 10 mandamientos de la alegría». Los encontré a la vista en un monasterio donde habita, reza y trabaja un grupo muy internacional de mujeres: África, Europa, Latinoamérica.
La buena alegría, la honda y duradera, no tendrá fronteras ni conoció diferencias que dividan, porque a todos abraza y ampara, como el amor divino. El sencillo texto contiene deseos y súplicas, difíciles empeños pero muy provechosos. Vean.
1 . La alegría pedirás a Dios cada mañana fielmente.
2 . Calma y sonrisa mostrarás incluso en casos de disgusto.
3 . En tu corazón volverás a decir: Dios que me ama está siempre presente.
4 . Sin cesar tú te aplicarás a ver el lado bueno de los demás.
5 . La tristeza tú desterrarás de ti implacablemente.
6 . Quejas y críticas evitarás. Nada hay más deprimente.
7 . A tu trabajo te dedicarás con un corazón gozoso y alegre.
8 . A los visitantes reservarás una acogida siempre benévola.
9 . Los sufrimientos olvidarás.. Piensa siempre en positivo.
10. Repartiendo por todas partes la alegría, tú la tendrás en primer lugar para ti seguramente.
– Jesús de Nazaret en la última Cena: «Que mi propia alegría esté en ustedes, y su alegría sea completa», Juan c.15
– María, madre del Señor, en el Magníficat: «Desbordo de gozo en Dios mi salvador», Lucas c.1
– San Pablo: «Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito, estén alegres. El Señor está cerca», Filipenses c.4
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