Meditaciones -4 / examen del amor

* Proseguiremos. Fue por el Jubileo 2025 y la pasada Cuaresma, ahora ya en plena Pascua, que propuse ofrecer las «Meditaciones» en 10 entregas, abreviado, con temas de los Ejercicios ignacianos.

Tan reciente su vida, la muerte y despedida del Papa Francisco nos recordaron que el amor de Dios y la misericordia vencen la muerte y alientan la esperanza.

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4ª Meditación

CAMINAR EN LA VERDAD .-

EXAMEN DEL AMOR

La reacción de agradecimiento le gusta al Señor. Recuerden la curación de los 10 leprosos, “¿No quedaron curados los diez? Los otros nueve ¿dónde están? ¿Solo un extranjero volvió para agradecer a Dios?”.

Recibir y reconocer, agradecer, corresponder y compartir. Cinco verbos correlativos: si caigo en la cuenta, si ponemos amor sincero en nuestra relación con Dios y con el prójimo.

“Al atardecer de tu vida serás examinado del amor”. En verdad lo que quedará al final de nuestra vida será el amor, el buen amor recibido y el amor entregado.

No un amor solo de bellas palabras, sino de compasión y perdón, un amor que se sacrifica, que disculpa y espera siempre, como el Señor.

= Los dos hijos de la parábola del evangelio quedaron admirados del gran amor del Padre: el pródigo al que esperó siempre para abrazarlo, y el otro hermano que juzga: ¡Hijo, ven a la fiesta por tu hermano recuperado!

Reconoceré mis errores y haré planes de cambio. Me examinaré de la misericordia. Mis pecados de juicio o de pasar de largo ante el sufrimiento del prójimo. ‘Ante Cristo puesto en cruz, me preguntaré qué he hecho, qué hago, qué voy a hacer por Cristo’.

= Meditaré la parábola del Buen Samaritano, c.10 de San Lucas. Ante las dudas por el mandamiento principal, no me servirá de excusa ‘¿Quién es mi prójimo?’. Yo mismo me aproximaré, no pasaré de largo y dejaré que la necesidad de mi prójimo me afecte y me mueva:

    ‘Vio, se conmovió, se detuvo, bajó de su cabalgadura, curó las heridas, lo llevó a la posada, pasó la noche con él’. La compasión llevó a la misericordia. Otros vieron lo mismo y pasaron de largo, también yo en ocasiones.

    * El Buen samaritano, M.Rupnik. El mismo Jesús es buen samaritano.

Asi mismo en la escena del llamado ‘Juicio de las naciones’, cuando el Señor bendice o maldice, “porque tuve hambre y no me dieron de comer, enfermo no me acompañaron, desnudo y no me vistieron”, en San Mateo c.25.

= Los salmos fueron la oración de un pueblo creyente que humilde suplica y alaba a su Dios. Los salmos serán también la oración de Jesús. Acompañará nuestra oración el Salmo 103, que repasa la grandeza ilimitada del amor de Dios.

    . . Bendice al Señor, alma mía, y no olvides sus beneficios.
    Él perdona todas tus culpas y cura todas tus dolencias;
    rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y de ternura;
    . . El Señor es bondadoso y compasivo,
    lento para enojarse y de gran misericordia;
    Cuanto se alza el cielo sobre la tierra,
    así de inmenso es su amor por los que lo temen.
    . . Cuanto dista el oriente del ocaso,
    así aparta de nosotros nuestros pecados.
    Como un padre cariñoso con sus hijos,
    así es cariñoso el Señor con sus fieles”.

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‘El amor de mi Dios’, Inés de Jesús:

    Un amor que siempre está a tu lado y que no te exige nunca nada, ese es el amor de mi Dios.

    Un amor que sufre cuando sufres, un amor que ríe cuando ríes, ese es el amor de mi Dios, un amor que va de puerta en puerta, que bajo sonrisas él te espera.

    Un amor que siempre está esperando sin importar quién es ni hasta cuándo, un amor que vive en el silencio, un amor tan suave como el viento, ese es el amor de mi Dios.

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– La última Carta del Papa Francisco sobre el amor, sobre el corazón de Cristo: «Dilexit nos». Nos amó.

– Aquí las 10 MEDITACIONES y otros temas, eBook, pdf.

– Conocemos los deseos de oración universal señalados por el Papa Francisco para este mes de mayo, por las condiciones de trabajo: «Oremos para que a través del trabajo se realice cada persona, se sostengan las familias con dignidad y se humanice la sociedad».

Padre nuestro, las peticiones

    «Cuando oren háganlo a puerta cerrada, y no utilicen muchas palabras… Si no perdonan a sus hermanos tampoco el Padre los perdonará» /s Mateo c.6.

A santa Teresa de Jesús le encargaron escribir su vida, y pensó que el mejor hilo conductor será el Padre nuestro, sus temas y peticiones.

Celebrando los 50 años de sacerdote, dando gracias a Dios, también los primeros pasos de mi fe infantil y familiar fueron sin duda con el Padre nuestro y el Ave María.

Los deseos principales de Jesús de Nazaret estarán en el ‘Padre Nuestro’, la oración familiar que él mismo nos enseñó.

Con frecuenia vieron al Maestro orando en soledad, y le pidieron que les enseñara a orar, qué decir y pedir a Dios.

    «Cuando oren dirán así: Padre nuestro del cielo, santificado sea tu Nombre…» /san Lucas c.11.

Aquí repasamos y haremos comentario breve de estas peticiones del ‘Padre nuestro’.

# Que venga a nosotros tu Reino. Será su interés primero, el Reino de Dios, su proyecto de Humanidad restaurada, ahora deteriorada por el pecado, el mal y la muerte. El Reino es vida y fraternidad, está en marcha.

# Padre, que se cumpla tu voluntad. Lo que Jesús más desea será agradar al Padre, para eso vino a nosotros. Los dos quieren lo mismo, nuestro bien, ‘hacer redención’, los une su amor al mundo.

# Danos el pan de cada día. El pan para vivir, Jesús se presentó como ‘el pan de vida’, alimento necesario que fortalece. Mucha gente no tiene pan ni tiene salud, Jesús lo sabe y no pasará de largo.

# Perdona nuestras ofensas. Será un tema clave, el corazón de la nueva humanidad reconciliada. Dios es padre y desea abrazarnos como al Pródigo, a cambio nos pedirá que hagamos nosotros lo mismo.

# Que no caigamos en la tentación. Tentación es tropiezo y engaño, entre sombras de maldad, pero Jesús vino para iluminar, para mostrarnos caminos de bondad. Nos pedirá vigilancia y fidelidad.

# Líbranos del Maligno. El tentador, el Maligno, su camino de mentira y tiniebla, con Jesús en el desierto y con nosotros sembrando dudas y desconfianza. Jesús pedirá por nosotros ¡Padre, líbralos del Maligno!

    «Nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia» /2 Pedro c.3.

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(1) Vean también el post «La oración de Cristo», su modelo y condiciones.

(2) Sobre el tema del perdón, con el cuadro de Rembrandt ‘El Hijo pródigo’, vean nuestra entrada «La mística del regreso»

(3) En comentario, san Francisco de Asís reza y medita el ‘Padre nuestro’
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Las lágrimas de Dios / el hijo pródigo

    – Dios mismo estará con ellos. Él enjugará toda lágrima de sus ojos, ya no habrá muerte, ni más duelo. (Apocalipsis c.21)

No imaginamos a Dios llorando, pensando que llorar es un fallo humano. Sin embargo uno llora si alguien querido sufre o llora. También las lágrimas de emoción o alegría, la sonrisa. Un Dios frío, sin sentimientos, será un dios de cartón piedra, no interesa.

Recuerden la representación de Dios como niño indefenso. Ver llorar a un niño será algo triste, pudo ser por hambre, por falta de amor o el temor a perderlo. Las lágrimas con todo serán algo íntimo y personal.

Una antigua tradición rabínica dirá que cuando su amigo Moisés murió, triste por no pisar la tierra prometida, Dios lloró por amor, contagiado de su pena y ausencia.

– El alma de Moisés se entregó con un beso de Dios, que le dará sepultura, y toda la creación prorrumpe en llanto y duelo.

En los evangelios Jesús lloró. En público, en la muerte de su amigo Lázaro y ante Jerusalem; cuántas veces más en privado o en soledad, no sabemos.

– Al ver Jesús el llanto de María, se conmovió: ¿Dónde lo pusieron? Y Jesús lloró. Cuánto lo quiso, pensaron. (san Juan c.11)

Imaginen las parábolas: el buen pastor en busca de su oveja perdida; el hombre abandonado que el samaritano tomó en brazos y curó; el dolor del Padre por el hijo pródigo y la alegría del reencuentro…

    Cuando vuelto hacia ti de mi pecado,
    iba pensando en confesar, sincero,
    el dolor desgarrado y verdadero
    del delito de haberte abandonado.
    . . Cuando pobre me volví a ti humillado,
    me ofrecí como inmundo pordiosero;
    cuando, temiendo tu mirar severo,
    bajé los ojos, me sentí abrazado.
    . . Sentí mis labios por tu amor sellados,
    y ahogarse entre tus lágrimas divinas
    la triste confesión de mis pecados.
    . . Se llenó mi alma de luces matutinas
    y, viendo ya mis males perdonados,
    quise para mi frente tus espinas.

Las lágrimas de Dios equivalen al dolor de Jesús de Nazaret, viendo al paralítico en soledad o al ciego del camino, la multitud sin pan, la pena del hombre por su hija o la mujer amenazada por dirigentes del templo.

– Se le revolvieron sus entrañas al ver tanta gente perdida, hambrienta, errantes como ovejas que no tienen pastor. (san Mateo c.9)

Estas experiencias compartidas causaron impacto en el Señor que hizo cuanto pudo por acompañar y ayudar, bendecir y sanar.

* Imagen: El hijo pródigo, Antoine Knibily, artista y sacerdote en Chile donde andará por cárceles, basurales y casas de menores.

Soneto: Autor desconocido.

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Les recordaré esta vieja canción «Yo vi llorar a Dios», del argentino Ángel Cabral (+1997), aquí en versión de Nati Mistral.

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Anoche, soñando,
he visto a Dios llorando
jamás lo olvidaré…
Yo vi llorar a Dios
y al preguntar por qué lloraba,
me respondió el Señor
que por nosotros se apenaba.
Me habló con triste voz
de tanto niño abandonado,
de la miseria atroz
de muchos pueblos destrozados.

Amigos de Dios, rey David | Aleluya de Cohen

También el rey David fue amigo de Dios, a pesar de sus fallos. Fue pastor y rey, abusó de su poder y de la confianza divina, pero reconoció su culpa y suplicó el perdón.

El Dios de la Alianza le reprochó su conducta ingrata, su pecado, pero lo recibió y abrazó como buen padre. La amistad de Dios nunca falla, su fidelidad dura por siempre, eterna alianza.

Rembrandt, El regreso del hijo pródigo

El Evangelio hablará de un hijo pródigo y de su buen padre. El mismo Jesús recibió a pecadores y comió con ellos, animando a recuperarse: ¡No peques más! Una historia interminable de paciencia y misericordia.

# Esta fue la oración del Hijo pródigo, que arruinado y avergonzado pensó regresar a la casa del Padre:

    – Volveré donde mi padre y le hablaré.
    Padre, pequé contra Dios y contra ti
    ya no merezco ser llamado hijo tuyo,
    trátame como a uno de tus asalariados.
    Se levantó y fue donde su padre.

# Esta será la oración de David, el ‘Miserere’, no queriendo perder la amistad de Dios:

    Ten piedad de mí, oh Dios, en tu bondad,
    purifícame de mi pecado.
    .. Lávame y quedaré más blanco que la nieve,
    renueva en mi interior un espíritu firme.
    .. No me retires tu espíritu santo,
    lléname de gozo en tu presencia.

La conversión y el perdón sincero serán presentados en el Evangelio como una resurrección, el paso de la muerte a la vida: «Tu hermano estuvo muerto y volvió a la vida, estuvo perdido y lo encontramos».

Cf. textos: san Lucas c.15; salmo 51; 2 Samuel c.11

– En una de sus últimas catequesis sobre la oración, el Papa Francisco nos dirá: «Hay un hilo conductor en la vida de David, que da unidad a todo lo que sucede: su oración. Esa es la voz que no se apaga nunca. David santo, reza; David pecador, reza. David nos enseña a poner todo en el diálogo con Dios, por eso nunca ha estado solo»

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Por su lucha interior y agitada fidelidad, recordé el texto de Miguel de Unamuno que dejó escrito en su tumba de Salamanca:

    «Méteme, Padre Eterno, en tu pecho,
    misterioso hogar,
    dormiré allí, pues vengo deshecho
    del duro bregar»

De su salmo III. Unamuno falleció en Salamanca el 31 diciembre 1936.
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La figura de David rey, músico y poeta, fue evocada en el lindo poema y canción ‘Aleluya’ de Leonard Cohen compuesta en 1984, alusión a su felicidad y dolor, las luces y sombras que hubo también de pasar:

    – Oí decir de un acorde secreto
    que tocaba David y agradó al Señor
    Hice lo mejor que pude, no fue mucho
    – Incluso cuando todo se derrumbe
    permaneceré frente al Señor de la Música
    y no pronunciaré más que el Aleluya.

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Podrán descargar aquí, EBOOKS_LINKS, pdf, de nicodemoblog.

Soy ciego / oración

# Con ocasión de problemas graves, pude leer una sentida súplica, verdadero grito de auxilio y de solidaridad. De nuevo pues la ceguera, el no ver y tropezar, querer salir y no saber, caer uno y hacer caer.

– Que nuestra conducta no oscurezca la belleza del evangelio, ni sea un impedimento para que otros se acerquen a Cristo.

En cualquier caso, siempre deberemos velar y orar, tener piedad y recibir a quien llegó de lejos, temeroso y sin esperanza. Pudiera ser como la oración de un hijo pródigo.

Soy ciego, Señor.
Que seas Tú mi luz y mi guía
y me apartes de los túneles oscuros
donde fácilmente me pierdo
y me cuesta tanto esfuerzo abandonar.
Que seas ese horizonte al cual yo mire,
que nunca olvide que estás tú
y que tus manos me sostienen.

Soy ciego, Señor.
Por eso necesito tu Palabra,
para que vea con los ojos del Evangelio
y no sólo con los de mi ajetreado corazón.
Para que avance por senderos de verdad
y sepa levantarme cuando sienta
que soy más pobre de lo que aparento,
no tan bueno como en presencia vendo.

Soy ciego, Señor.
Tú me has llamado: si caigo, levántame.
Si me equivoco, corrígeme.
Si lloro, consuélame.
Sin Ti, Señor, será difícil permanecer,
y animar a los demás a permanecer en pie.
Porque soy ciego y a veces no veo,
que seas Tú, Señor, mi guía y mi luz.

# Ante una petición de auxilio tan urgente y necesaria, recordarán aquel hermoso Salmo (23) que fue de extrema confianza:

.. El Señor es mi pastor, nada me falta, en verdes pastos él me hace reposar; a las aguas de descanso me conduce y reconforta mi alma, por el camino bueno me dirige, por amor de su nombre.
.. Aunque pase por cañadas oscuras, no temo ningún mal, tú estás conmigo, tu vara y tu cayado, yo voy sin miedo.

Y la oración de Teilhard de Chardin, «En busca de Dios».

La vida eterna, una promesa

– Como el esposo se retrasó, todas quedaron dormidas. A medianoche se oyó: Ya viene el esposo, salgan a su encuentro.
– Jesús añadió: Estén prevenidos, pues no saben el día ni la hora
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A . Pidieron una reflexión sobre la vida eterna. Creyentes y no creyentes utilizarán un lenguaje oscuro: el más allá, la ciudad futura, el cielo o el paraíso, la vida eterna.

Será tiempo de paradojas y relatos fragmentarios, apenas nada del después. El creyente sí sabe, porque cree y espera, será su apuesta. Si solo buscó comprender pudo perderse, bastará tener fe y amar:

– Yo vine a este mundo para que todo el que crea en mí tenga vida eterna.

B . Importará vivir el presente en justicia y en verdad, dejando el después al Señor de la Casa. Le gustará saber cómo traté los asuntos y las personas, pues en el aquí y ahora se ocultó el tesoro del después.

El pan de la misericordia, Safet Zec, 1943

. . La Vida eterna no será una conquista por méritos ni un derecho a exigir, ni una quimera.
. . La Vida eterna fue promesa, ‘Hoy estarás conmigo en el paraíso’, un regalo a agradecer, invitación a una fiesta.
. . Por la fe, Abraham salió sin saber a dónde iba.
. . Conduciré a los ciegos por un camino que desconocen.
. . A lo lejos la Tierra prometida, peregrinos a un territorio desconocido.

C . El misterio último de la vida es Alguien que nos espera, acoge y perdona. La Vida eterna es Dios mismo, su Vida compartida desde la fuente de donde mana el Amor que no se agota. Morir será nacer de nuevo.

Será regresar al fin a la Casa del Padre, calmar la propia sed y enjugar las lágrimas, calmar también del Padre su espera y abrazarse fuerte, pasar al banquete preparado, vestir el mejor traje, recibir todo de su mano, caliente el pan y el mejor vino.

– Felices los sirvientes a los que el patrón encuentre velando a su llegada, sus lámparas encendidas. Él mismo los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirles.

Esta fue en síntesis la promesa y su fundamento divino:

– Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. (san Juan c.17)

– Si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás. (Romanos c.10)
– Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús también dará vida a sus cuerpos mortales. (Romanos c.8)

Verán en comentario un texto hermoso de San Agustín, el Señor nos invita a su mesa.

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Les recordaré las palabras del Cardenal Carlos Martini meses antes de morir:

«La edad y la enfermedad me envían una clara señal de que es hora de apartarse de las cosas de la Tierra para prepararme a la próxima llegada del Reino».

Y unos versos, propia confesión de enigmas y certezas:

SUEÑOS

Si la vida es vida
razones, besos
emociones, sueños
cuántos…

Si la muerte es muerte
razones, besos
sueños y emociones
dónde…

La vida muerte
es eternidad menuda
la muerte vida
será eternidad divina.

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Tal vez una notas musicales nos ayuden a esperar y adorar el Misterio: «Largo» from the opera Xerxes by G.F. Handel.

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Les invito a releer la Homilía del Papa Francisco en la Misa exequial por el Papa emérito Benedicto, el día 5 de Enero de 2023 en la Plaza de san Pedro. El Papa Francisco nos exhorta a creer en la misericordia y esperar siempre en Dios Padre nuestro.

Reconciliación : el hijo pródigo


Reconciliación, perdón, curación
… Una ocasión para superar distancias y enfrentamientos. No por escapar del conflicto, sino para vencerlo en paz, sin herir, sin revolver en el pasado.

– Reconciliar será escuchar, comprender, olvidar, disculpar.
– Caminar para el encuentro, donde estar a gusto y sin recelos.
– No al camino de pedir cuentas, juicio, condena y venganza.
– El mandato de reconciliación marcó el Evangelio de Jesucristo.

«Si al presentar tu ofrenda recuerdas que tu hermano tiene queja de ti, deja la ofrenda ante el altar, ve primero a reconciliarte con tu hermano y después vuelve a llevar tu ofrenda», s Mateo c.5.

¿Justicia humana? ¿Justicia divina?
El Papa Francisco recordó: «La omnipotencia de Dios no es la de la fuerza, sino la del amor y del perdón». La justicia humana será superada al activar un amor que disculpa siempre, un juicio divino donde la compasión será la clave.

. . Yo no vine para juzgar y condenar, sino para salvar.
. . No juzguen, no condenen, y no serán condenados.
. . Amen a sus enemigos, rueguen por ellos.
. . Sean misericordiosos, como el Padre es misericordioso.
. . Si no perdonan de corazón, el Padre no los perdonará.

¿Cómo explicar la decisión divina de hacerse hombre? Al ver pueblos en guerra, tanto sufrimiento, un mundo necesitado de reparación, se dijeron: ‘Haremos redención, reconciliación’.

No vendrá buscando culpables, sino para abrir a todos la puerta. Pondrá amor si hubiera odio, dará vida donde vea muerte, misericordia donde encuentre rechazo, aceite y vino para curar nuestras heridas.

Para terminar verán unos versos del «Canto del siervo» de Isaías. Jesús de Nazaret se ofrecerá solidario y compasivo. como tantos que cargaron sobre sí  el pecado y sufrimiento de otros.

«Despreciado por todos, hombre de dolores, ante quien se vuelve el rostro, no contaba ni hicimos caso de él… Nuestras dolencias y dolores le pesaron, lo creímos castigado y fue por nuestras faltas, por sus llagas fuimos sanados.»
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-Imagen: MVC, Perú.
-Podrán retomar la experiencia del Pródigo en nuestra entrada «El hombre y Dios».

Dios es amor / san Juan

Algo más en el blog sobre Dios. A muchos llamó la atención su definición más conocida y atractiva: DIOS es AMOR.

Resultará abstracta según en qué piense uno o adónde mire. Fue una afirmación de la Carta que escribió san Juan, el discípulo amado, como él mismo se llamó.

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    – El Evangelio y los artistas pusieron a san Juan en la última Cena al lado de Jesús, reclinado en su costado, y junto a la cruz muy impactado por la herida de la lanza en el costado.

Decir que ‘Dios es amor’ solo es posible desde la propia experiencia. Viendo lo que san Juan vio, oyendo lo que oyó, conociendo bien a Jesús de Nazaret y lo que hizo :

    – Dio de comer al hambriento, lavó los pies a sus discípulos, sanó al ciego de nacimiento, sacó a Lázaro del sepulcro, convirtió el agua en vino y levantó al paralítico de la piscina.
    – Salvó de la muerte a la mujer pecadora, Juan vio de cerca a Cristo muriendo en la cruz, amando hasta el final, sediento de amor, bendiciendo y perdonando a todos.

Este amor será fuente de paz… Consolar, perdonar siempre, sanar, abrazar. Amar y ser amado así será como resucitar.

Si preguntáramos a alguien, tú qué eres y qué haces, explicará su trabajo de cada día, su familia, su sentido de vida, nos dirá sus proyectos, la necesidad de salud, de cariño…

Si preguntáramos a Dios, ‘Tú qué eres y qué haces’, nos responderá Jesús diciendo:

    – Yo soy amor
    – Yo lo que hago es amar
    – Mi oficio principal amar
    – Quiero dar a conocer mi amor
    – Quiero enseñar a amar
    – Lo que llena mi vida es el amor
    – El amor que doy y el que recibo
    – Todo lo que necesito es amar
    – Lo que espero es amor
    – Todo lo que hago lo hago por amor
    – En todo lo que digo solo pongo amor
    – Yo soy amor.

JESÚS es imagen de Dios, una imagen tan humana donde los discípulos no lograron ver el rostro divino del Padre.

Las situaciones difíciles de la vida nos impidieron ver el amor y la presencia de Dios «Jesús muéstranos al Padre». En la debilidad Dios manifiesta su fuerza.

    «Sean imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivan en el amor», Carta a Efesios c.4.

Él nos acompañó en todo momento, en los días fáciles y los difíciles, siempre a nuestro lado porque es amor, ¡como la suma total del amor de nuestros seres más queridos!

Así lo expresó el soneto de José María Souvirón:

    «Ando por mi camino, pasajero,
    y a veces creo que voy sin compañía,
    hasta que siento el paso que me guía,
    al compás de mi andar, de otro viajero.

    No lo veo, pero está. Si voy ligero,
    él apresura el paso; se diría
    que quiere ir a mi lado todo el día,
    invisible y seguro el compañero.

    Al llegar a terreno solitario,
    él me presta valor para que siga,
    y, si descanso, junto a mí reposa.

    Y, cuando hay que subir monte
    (Calvario lo llama él),
    siento en su mano amiga,
    que me ayuda, una llaga dolorosa.»

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* Imagen: Regreso del hijo pródigo, Esteban Murillo, fragmento. De la serie ‘Obras de misericordia’ que Murillo pintó para la Iglesia del Hospital de la Caridad de Sevilla.
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El hombre y Dios

Homm_SafetZec12Vean un apunte más de evangelio. Hoy quise traerles una descripción del hombre que huye, que no encuentra la paz en su mundo familiar ni en su religión, que pide explorar otras posibilidades, lejos del Padre y del hermano.

– Una necesidad vital le hizo dar la espalda a todo y lo puso en camino. En los otros y en sí mismo encontró egoísmo, envidias y soledad. En Dios sin embargo, en el Padre de la parábola, solo halló compasión y corazón.

«El hombre es este hijo pródigo. Hechizado por la tentación de separarse del Padre para vivir independiente la propia existencia. Desilusionado por el vacío que como espejismo lo había fascinado; solo, deshonrado, explotado, mientras buscaba construirse un mundo todo para sí; atormentado desde el fondo de la propia miseria por el deseo de volver a la casa del Padre» (Juan Pablo II).

– Su padre lo vio de lejos y se enterneció, salió corriendo y lo cubrió de besos.

En una sociedad tan competitiva urge hacer elogio de la bondad y la ternura como de una riqueza, el servicio y la misericordia no son debilidad sino fortaleza. Paradojas y peleas seculares entre el bien y el mal, entre la violencia y la paz, el rechazo o el abrazo…

El Papa Francisco nos alertó recientemente: «Nuestra casa común está contaminada y no deja de deteriorarse. Necesitamos el compromiso de todos, debemos proteger al hombre de su propia destrucción».

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-Imagen: Safet Zec, Bosnia.
-Hijo pródigo, San Lucas c.15
-Compasión: la virtud de compartir y sentir como propio el sufrimiento de la persona que ama.

( Vean también nuestro post «Volver a casa» )

No llores, lucha

Recibí días atrás unos pensamientos que parecen ser del Papa Francisco. En plan positivo y curativo para tiempos difíciles, pensando en la gente que lo pasará mal, con el deseo de traer luz y animar.

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. . No llores por lo que perdiste, lucha por lo que te quedó.
. . No llores por lo que murió, lucha por lo que ha nacido en ti.
. . No llores por quien tuvo que marchar, lucha por quien está contigo.
. . No llores por quien te falló, lucha por quien te motiva la vida,
. . No llores por quien te odia, lucha por quien te quiere.
. . No llores por tu pasado, lucha por tu presente.
. . No llores por tu sufrimiento, lucha por la felicidad que Dios te da.

Con las cosas que a cada uno nos suceden, vamos aprendiendo que nada es imposible de solucionar, con la ayuda del Señor que acompaña y alienta, solo sigan adelante y no miren atrás.

* Dibujo, Diálogos con el hijo, J. Alvisu.
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Como en otras ocasiones, nos puede acompañar el canto de esta letrilla de Santa Teresa de Jesús, «Nada te turbe»:

Nada te turbe;
nada te espante;
todo se pasa;
Dios no se muda,
la paciencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene,
nada le falta.
Solo Dios basta.