En el 5º centenario de Santa Teresa de Ávila, homenaje y recuerdo por la mística castellana, quise traerles un apunte más sobre el tema del alma, con otro modo de ver las cosas.
El modo antiguo y medieval entendió el alma como encerrada en una cárcel, desterrada en tierra extranjera, por la culpa original y personal, esperando ser liberada por fin de penas y ataduras, y disfrutar ya para siempre de libertad y felicidad plenas.
Les sabrá al más puro platonismo, y sin embargo fue doctrina extendida, también en otras filosofías y religiones.
Se quiso decir el descontento con el modo de hacer de siempre, soñando en cielos y paraísos donde todo será mejor y finalmente restaurado.
De fondo observarán una consideración pesimista y despectiva de la vida de ahora, del cuerpo y del tiempo presente, mas también una ansia potente de mejora, una utopía.
– Santa Teresa expresó así su ansia de tiempos mejores:
-
¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros!
¡Esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.
(Del poema ‘Vivo sin vivir en mí’)
– Jorge Manrique escribió bellas coplillas de semejante tema, por otras razones:
-
«No tardes, muerte, que muero;
ven, porque viva contigo;
quiéreme, pues que te quiero,
que con tu venida espero
no tener guerra conmigo.
Remedio de alegre vida
no lo hay por ningún medio,
porque mi grave herida
es de tal parte venida,
qu’eres tú sola remedio.
Ven aquí, pues, ya que muero;
búscame, pues que te sigo;
quiéreme, pues que te quiero,
e con tu venida espero
no tener vida conmigo.»
__
* Dibujo: Gonzalo R. Chueca









