El ciego del camino, quiero verte

vela_india-bl«El ciego Bartimeo sentado al borde del camino pedía limosna. Al oír que pasaba Jesús Nazareno, empezó a gritar:
– Hijo de David, ten compasión de mí.
Jesús le dijo:
– ¿Qué quieres que haga por ti?
El ciego le contestó:
– Maestro, que pueda ver.
Al momento recobró la vista y lo seguía por el camino»,
s Marcos c.10.

En su vida siempre fue de noche. Bartimeo oyó hablar de Jesús, pero no conoce su rostro, no podrá seguirlo. La mejor oración, humilde e insistente: ¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!

Muchos en el evangelio confesaron su necesidad y su ceguera, soñaron con un nuevo día: ver, conocer, ser amigo y seguidor de Jesús de Nazaret. Será la fe del evangelio, ‘Quiero verte, Señor’.

El ciego del camino dejó su lugar y su manto, irá junto a Jesús para conocer su vida y su palabra, su compasión. Será otro Jesús, en otros lugares y gentes, irá donde Jesús no pasó, ‘para consolar a los abatidos, abrir los ojos de los ciegos y liberar a los encarcelados’.

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Muchos recordarán la liturgia Bautismal y de la Pascua:

  • Él nos libró de nuestra ceguera, nos devolvió la confianza y nos puso en camino. Lo cuentan de aquel mendigo ciego que oyó pasar a Jesús, y al oír que le hablaba, enloqueció de alegría, pareció olvidar su ceguera, y puso ya todo su empeño en sólo amar y seguir al Nazareno.

EL CIEGO DEL CAMINO

Seguir tus huellas
como ciego curado en el camino
sin manto ni sandalias
cantando por valles y colinas,
sin monedas ni pan ni vino
solo contigo
al calor de tu figura amiga
que sientes y adivinas.

¿Cómo resumir esta experiencia de fe y de seguimiento?

  • Los enfermos y abandonados buscando cobijo se acercaron a él, será una fiesta imborrable. La huella del primer encuentro nos acompañará en la búsqueda. El amor primero fue todo. ¿Qué es la fe sino vivir enamorada de esa primera llama encendida y de su rescoldo nunca del todo apagado?

 Cfr. Nuestra entrada «María Magdalena -10»

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+ JESÚS, que devolviste la vista a los ciegos, danos tu ayuda para abandonar el pecado. / Que los que viven en la incertidumbre o la indecisión encuentren claridad, firmes en la fe. / Que la Iglesia sea luz para los desorientados, misericordia si necesitan tu perdón. / Que los pobres sean evangelizados y quienes necesitan ayuda encuentren.

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La Alegría del Evangelio, crecer en solidaridad

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En este tiempo nuestro ayudará meditar un texto del Papa Francisco en una Carta reciente, animando a crecer en compasión y solidaridad, recordando posturas y prejuicios que excluyen y discriminan.

Otra mentalidad será necesaria, la misma del ‘Buen samaritano’ del evangelio, la persona solidaria que no pasó de largo, Jesús nos dirá: «Haz tú lo mismo».

. . Necesitamos crecer en solidaridad y unidad. El planeta es de toda la humanidad y para toda la humanidad, haber nacido en un lugar con menores recursos no justifica que algunas personas vivan con menor dignidad.
. . Necesitamos crecer en solidaridad, que todos los pueblos puedan ser artífices de su destino y las personas alcancen su propio desarrollo. Un principio para construir la amistad social: la unidad es superior al conflicto.
. . La solidaridad se convierte en un modo de hacer la historia, un ámbito donde los conflictos y las tensiones pueden alcanzar una unidad en la diversidad que engendra nueva vida.

* Francisco, La Alegría del Evangelio, Evangelii Gaudium, 2013.

– Imagen: Pietà di Palestrina, c.1550, Michelangelo Buonarroti, Florencia. Grupo escultórico con Cristo, la Virgen María y María Magdalena, esbozo atribuido a Miguel Ángel, cuando en Roma trabajaba en el tema de la Piedad, pensando parece en su propia sepultura.

– ¿Qué será la solidaridad? Verán en comentario las concretas razones en buenos versos.

Francisco de Asís, tres consejos

– Supliqué y recibí el espíritu de sabiduría. La preferí a cetros y tronos, tuve en nada la riqueza. Todo el oro y la plata a su lado es arena y barro; la quise más que a la salud y la belleza, su resplandor no tiene ocaso. (Sabiduría c.7)

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Francisco falleció la noche del 3 de octubre de 1226 en Asís, Italia. El santo de Asís, más actual por la opción del Papa que quiso llamarse por eso Francisco: ¡Cómo quisiera una Iglesia pobre para los más pobres!

En testimonios de la época se cuenta de San Francisco que estando un día en oración, abrió por tres veces el Evangelio y recibió tres consejos de boca del mismo Jesús:

1° Si quieres ser perfecto, vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo, tú vente conmigo.
2° No lleven nada para el camino.
3° El que quiera seguirme que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga.

El Señor reveló a Francisco su voluntad de que viviera según el Evangelio, siguiendo los tres consejos.

No os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es voluntad de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto. (Romanos c.12)
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Así fue la Sabiduría evangélica de Francisco de Asís:

– Que Dios es Dios. Que Dios es. Saber esto fue la sabiduría del pobre de Asís. Luego quedará ya el silencio de la plenitud. El derrocharse todo a la vez como esas florecillas que viven unos instantes, el tiempo justo para alabar al Creador en su estallido de color… La definitiva madurez del que ya nada espera, sino el regalo de la muerte.
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Oh, vivir junto a ti; siempre a tu lado
descanso hallar y conversar contigo,
ser de tu amor y tu bondad testigo,
tú, de bondad y amor, nunca saciado.

En tu bendito Corazón sagrado
poner la frente y encontrar abrigo,
como la puso tu mejor amigo,
tu dulce Juan, ¡tu compañero amado!

Oh, vivir junto a ti, cual la sencilla
lámpara tenue que callada brilla
entre las sombras de tu templo santo;

y mientras rueda en su bullicio el mundo,
solo contigo, en éxtasis profundo,
darte mi amor y mi abundoso llanto.

–Hernando Holguín, Bogotá, +1921.

Vean también este poema de José M. Pemán, reflejo de un sentir e intimidad deseada, como ocurre en el corazón de Francisco de Asís, de su Señor enamorado:

Se me aclaró el sentido,
de pronto, del paisaje.
Y me sentí total como el latido
de un corazón inmenso, y el mensaje
del Amor a los hombres.

Me di todos los nombres
desde el del alba hasta el de la amapola.
Me entregué sin prudencia y sin escudo.
Y me sentí en la sola
y alta hermosura del Amor, desnudo.

Como advertí tu acento
delgado, mi Señor, por la pradera,
he sido en la ilusión de aquel momento
todos los hombres, yo, en la primavera.

Desde aquel día por los más cimeros
picos de mi esperanza levantado,
estoy de tu hermosura sin linderos
con este amor total enamorado.

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-Imagen: El Greco, San Francisco en oración, fragmento, 1585.

-Cf. Juan M. LLopis, Sabiduría de un pobre, Prólogo.

Más motivos para ser felices, evangelio

Recordarán la oferta de felicidad que hay en los Evangelios, las conocidas ‘Bienaventuranzas’. En esta fiesta de agosto, les pondré más motivos de felicidad, también del evangelio.

Jesús de Nazaret quiso animar a quienes siguieron sus pasos, si los vio cansados y desanimados por las muchas dificultades. Vean.

1 – «María, serás dichosa por haber creído que se cumplirá lo que te dijo el Señor» Lucas c.1. Fue la felicidad de la madre de Jesús, la creyente, llamada la primera a colaborar con la llegada del Reino de Dios, «Mi alma se alegra y cantará las misericordias del Señor».

lit-Alegría_42 – «Felices los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica» Lucas c.11. La doctrina es atractiva y el mensaje novedoso, mas lo importante será transformar la vida de las personas y la vida en general.

3 – «Feliz tú, Simón, porque mi Padre te concedió creer en mí» Mateo c.16. La felicidad que brota de haber conocido a Jesús. Fue el caso de algunos discípulos, aunque después lo negaron. La fe en Cristo como regalo de Dios a los sencillos de corazón.

4 – «¡Felices aquellos que me aceptan y no me malinterpretan!» Mateo c.11. Críticas y malentendidos sobre la persona y la actividad de Jesús. Él mostró hechos: Miren los ciegos y los paralíticos curados, los leprosos limpios, y la Buena Noticia anunciada a los más pobres.

5 – «¡Feliz serás tú si sientas a tu mesa a los pobres y los hambrientos, a los lisiados y los ciegos!» Lucas c.14. Invitación a la misericordia y a buscar la recompensa que solo Dios dará a los generosos y desprendidos: «Vengan benditos que me dieron de comer, entren en el Reino».

6 – «Ustedes serán felices si hacen lo mismo que yo hice, el Señor y el Maestro que les lavó los pies» Juan c.13. El servidor pide a los discípulos la imitación, no la búsqueda del poder y la gloria personal, sino la entrega de la vida en servicio a los hermanos necesitados de amparo.

7 – «¡Felices los que crean sin haber visto!» Juan c.20. Respuesta de Jesús resucitado a las exigencias de santo Tomás, él quería ver para creer. Hay que fiarse de Dios, fiarse del testimonio fraterno y hacer la propia experiencia: «¡Señor mío y Dios mío!».
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Vean la entrada «Las 8 bienaventuranzas de Cristo»
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Creer hoy, cómo transmitir la fe

Disminuye el número de personas que dicen tener fe y religión, un desinterés por lo divino. Pensaremos pues el tema en modo libre y personal, sin prejuicios. Será bueno hacernos algunas preguntas.

Fue claro que Jesús de Nazaret notó un ambiente de agobio en la religión de su tiempo y quiso abrir horizontes y ayudar a la gente. Por eso su encargo a los seguidores: ¡Anuncien a todos la Buena Noticia, el Evangelio!

– Vengan a mí los que estén cansados y agobiados, yo los aliviaré. Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón, encontrarán descanso, pues mi carga es ligera.

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= ¿No convendrá entender la fe en Dios como la entendió y vivió Jesús?
= ¿Cómo hacer presente hoy la Buena Noticia de fraternidad?
= ¿Cómo cambiar nuestro modo de pensar y de expresar la fe?
= ¿Apostarán sus discípulos ante todo por la vida y la compasión?

«El cristianismo navega con temor en medio de una ‘fuerte tempestad’. Deberemos pasar a ‘la otra orilla’, la cultura moderna no debe ser algo extraño ni hostil. El futuro nos da miedo, algunos creen más seguro mirar hacia atrás» (J.A. Pagola).
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Vean estos 10 verbos activos predicados de la FE:

Creer es amar
Creer es buscar
Creer es confiar
Creer es conocer
Creer es caminar
Creer es esperar
Creer es escuchar
Creer es pensar
Creer es vivir
Creer es seguir a Cristo.

En comentario verán soneto de José María Pemán sobre su firme convicción personal, y el deseo de dar a conocer su fe.
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-Podrán leer más sobre el tema, en la colección de posts «Creer», eBook, pdf.

¿Cómo transmitir hoy nuestra fe? Unas sugerencias prácticas, siguiendo a Cristo desde el plan de Ejercicios espirituales de san Ignacio Loyola, vivirlos en la vida diaria…

Las palabras de Cristo, san Juan

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    . . «Señor, tú tienes palabras de vida eterna»
    . . «Nuestro corazón ardía al escuchar sus palabras»

En otra ocasión vimos las preguntas que Jesucristo hizo a la gente y a los discípulos en los Evangelios. Las palabras de Jesús de Nazaret llegaron al corazón,

Leemos en el Evangelio de San Juan, que ‘La Palabra se hizo carne’. Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, asumió nuestra condición humana, la fragilidad, el silencio y también la incomprensión.

Si el evangelio habló de Jesucristo como Palabra, su persona misma será mensaje divino, su vida y la verdad de sus obras, y las palabras que cambiaron la vida de tanta gente. Recordaremos alguna de sus palabras, dirigidas también a nosotros hoy.
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= Vió dos jóvenes inquietos buscando al Mesías, Él les dijo: «Vengan conmigo y verán» -c.1

= Cuando invitado a una fiesta de bodas el vino se terminó, dijo a los criados: «LLenen de agua las tinajas» -c.2

= En el templo vió el comercio y el alboroto, Jesús exclamó: «No conviertan la casa de mi Padre en un mercado» -c.2

= Cuando Nicodemo le mostró su admiración y dificultad, Jesús le dijo: «Habrás de nacer de nuevo» -c.3

= Cuando cansado del camino sentó junto a un pozo, suplicó a una mujer: «Dame de beber» -c.4

= Cerca del templo, Jesús encontró un paralítico abandonado, le pidió: «Levántate, toma tu camilla y ve a tu casa» -c.5

= Cuando vió mucha gente tras él, perdida y hambrienta, dijo: «Dénles ustedes de comer» -c.6

= Con una mujer a punto de ser apedreada, Jesús la defendió: «Yo no te condeno, y no peques más» -c.8

= Conversando con un ciego de nacimiento, hizo barro y untó sus ojos: «Ve ahora a lavarte» -c.9

= Cuando le hablaron de su amigo Lázaro ya muerto, dijo: «Iré a despertarlo… ¡Lázaro, sal afuera!» -c.11

= Jesús en su larga agonía, desde la cruz: «Tengo sed» -c.19

= Desde la cruz, viendo la madre y al discípulo: «Mujer, ahí tienes a tu hijo» -c.19

= Al final, desde la cruz, entregó el espíritu: «Todo está cumplido» -c.19

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    SEÑOR, tú tienes palabras de vida eterna… Tus palabras guían nuestros pasos

    – Tú dijiste, serán la sal de la tierra …
    – Tú dijiste, perdonen a los que les ofenden …
    – Tú dijiste, sean perfectos como su Padre …
    – Tú dijiste, su tristeza será alegría para siempre …

    SEÑOR, te pedimos que tu palabra guíe nuestros pasos, que acompañe e ilumine nuestras decisiones, haciendo nuestra vida más evangélica.

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Vean esta entrada comentando Las Siete palabras de Cristo desde la Cruz, .
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* En la imagen, el profeta Daniel. Michelangelo Buonarroti pintó entre 1508 y 1512 la bóveda de la Capilla Sixtina por encargo del Papa Julio II. Parece que en lugar del encargo de doce apóstoles, Miguel Ángel pintó a siete Profetas y cinco Sibilas.
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Jesucristo, Palabra del Padre,
luz eterna de todo creyente:
ven y escucha la súplica ardiente,
ven, Señor, porque ya se hace tarde.

Cuando el mundo dormía en tinieblas,
en tu amor tú quisiste ayudarlo
y trajiste, viniendo a la tierra,
esa vida que puede salvarlo.

Cuando vengas, Señor, en tu gloria,
que podamos salir a tu encuentro
y a tu lado vivamos por siempre,
dando gracias al Padre en el reino.

–Antonio Alcalde

La casa de Zaqueo

    Un día Jesús entró en Jericó. Allí vivía Zaqueo, un hombre muy rico que era jefe de los publicanos. Quiso conocer a Jesús, pero no podía porque era pequeño de estatura.

Algunos textos del evangelio serán recordados como si fueran parábolas o relatos ejemplares. Hablan sin embargo de encuentros reales, impresos en la mente y el corazón de las personas, lo contaron y acabó escrito. Será el testimonio de una tarde inolvidable pasada con Jesús de Nazaret.

Pensé todo esto cuando escuché leer el texto evangélico de Zaqueo el publicano. La descripción de lo ocurrido será sencilla y verosímil.

Para Zaqueo la puerta del Templo estará cerrada. No practicará la religión en público. Se enriqueció a costa de impuestos recaudados a sus conciudadanos y entregados al romano ocupante. Será criticado, aislado y excluido.

Mostró mucho interés en ver a Jesús, pero la gente se lo impidió. Zaqueo subió a un árbol y puso toda su esperanza en el Maestro de Nazaret, tal vez Jesús no me juzgue ni me desprecie, pensó.

    Cuando Jesús pasó por allí, levantó los ojos y le dijo: Zaqueo, baja ahora mismo, hoy tengo que hospedarme en tu casa. Zaqueo recibió a Jesús en su casa con mucha alegría.

La casa de Zaqueo abierta para recibir al Maestro. Fue una sorpresa. Jesús se interesó por Zaqueo, tomando la iniciativa. Los dos compartieron y conversaron como viejos amigos, haciendo planes.

A partir de ese día Zaqueo será discípulo de Cristo, tomará decisiones, se vio reconciliado, como nuevo. Feliz, generoso, arrepentido, él será buena noticia para muchos, en especial para los más pobres. Un ejemplo para corruptos y defraudadores.

    Señor, daré a los pobres la mitad de todo lo que tengo. Y si robé algo, devolveré cuatro veces la cantidad. Hoy en mi casa es día de fiesta y salvación.

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=Texto de Zaqueo en San Lucas c.19.

=Imagen: Rembrandt, Autorretrato, aguafuerte.

=En comentario un texto de San Buenaventura: Jesús, el Buen pastor que busca la oveja perdida.

=Encuentro de miradas, la oración de Zaqueo y nuestra oración, en comentario.

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Pasados los meses, al releer la entrada, vinieron a la memoria unos versos que fueron ‘Oración de juventud’, atardecer de amistad, pensados ahora para Zaqueo, su casa y sus nuevos amigos.

Junto a ti al caer la tarde
y cansados de nuestra labor,
te ofrecemos con todos los hombres
el trabajo, el descanso, el amor.

Con la noche las sombras nos cercan,
y tu rostro nos da nueva luz,
alumbrados en nuestro camino
hasta ti correremos, Señor.

Cuando al fin nos recoja tu mano
para hacernos gozar de tu paz,
y reunidos en torno a tu mesa,
nos darás la perfecta hermandad.

La confesión / Jesús de Nazaret

Tiempo de confesión y de cambio. Repasando el modo de hacer de Jesús de Nazaret, les ofrezco este apunte de evangelio.

Fue una sana costumbre conservada por los católicos, la práctica de la confesión. Con una serie de condiciones el sacerdote perdonará en nombre de Dios, solo si hay arrepentimiento y se dice la verdad: A quienes perdonen los pecados, les quedarán perdonados.

rembrandt_elregresodelhijorpodigo-72cLa costumbre más antigua, aunque no siempre fue así, será disponer de unas como madrigueras en madera, algo tenebrosas, donde asegurar el anonimato y el secreto. A estos lugares se les llamó confesonario. Es cierto que en caso de necesidad, cualquier lugar será válido.

La tradición quiso justificar y remontar el tema al mismo Jesús de Nazaret, con quien la gente conversó en privado y contó sus males, suplicó curación y consejo, recibiendo su bendición, su caricia, tomando sus manos u otros gestos que devolvían la paz a la persona, curada y como nueva.

Así fue como un amigo mío recordó, puso por escrito y envió las diversas situaciones en las que Jesús perdonó y curó a la gente,  personas muy diversas, en modos y lugares como fuera posible, sin duda ‘confesiones’ muy dignas y muy válidas.

Diferentes lugares donde Jesús confiesa, cura y perdona:

– Sentado en el pozo, a la mujer samaritana
– Recostado a la mesa, a una pecadora en casa Simón
– Bajo la higuera y en su casa, a Zaqueo
– Desde lejos, a diez leprosos
– Al borde del camino, a un ciego
– De pie, al joven rico
– En la puerta de la casa, al hijo pródigo
– Sentado, escribiendo en la arena, a la mujer adúltera
– De noche en secreto, a Nicodemo
– Junto a una piscina, al paralítico
– Rodeado de gente, a la mujer hemorroísa
– Transfigurado en la montaña, a 3 discípulos
– Navegando en el lago, a los discípulos
– En una sinagoga, a la mujer encorvada
– Cenando, a Judas
– Desde la cruz, a sus verdugos
– En la cruz, a los 2 ladrones
– Junto al lago después de almorzar, a Simón Pedro
– Caminando, a los 2 de Emaús

Ustedes podrán continuar si recuerdan otras situaciones. Maestras o catequistas harán el ejercicio de buscar los lugares y capítulos que aparecieron citados, y otros más que encontrarán.

– Pasadas unas semanas encontré este pensamiento reconfortante que seguro les agrada y recordarán: «Errar es humano, perdonar es divino».

* Imagen: El retorno del hijo pródigo (detalle), 1662, Rembrandt.

Vean esta linda explicación del Papa Francisco:

Ejercicios espirituales -3 / el seguimiento

Algún experto resumió el libro «Ejercicios espirituales» de San Ignacio de Loyola como ‘Un camino de libertad’. Fue la experiencia del autor en su conversión, como verán en el texto que hoy les traigo, ‘Si quieres, puedes venir conmigo’.

    – La fe y la amistad llevará al santo a decidirse por imitar y seguir a Jesús de Nazaret. Pensó ayudar a otros a tomar bien una buena decisión.

Habrá gente que no dará el paso, poniendo excusas. Algunos quedaron entusiasmados, mas todo quedó en nada. Otros atemorizados se alejaron, otros muchos sin embargo, seducidos por el Cristo del Evangelio, aun viéndose frágiles, le entregaron toda su libertad.

    LA LLAMADA DEL REY ETERNO

    «Mi voluntad es de conquistar todo el mundo y los enemigos,
    así entrar en la gloria de mi Padre.
    Quien quisiere venir CONMIGO,
    será contento de comer, beber y vestir como yo;
    asimismo ha de trabajar CONMIGO en el día y vigilar en la noche,
    porque así después tenga parte CONMIGO en la victoria,
    como la ha tenido en los trabajos;
    porque siguiéndome en la pena, también me siga en la gloria.»

La suerte está echada: libre, personal, total, así habrá de ser la respuesta del buen discípulo, «Tomad, Señor, y recibid». Mas si no sintiere atractivo por el proyecto, ni la invitación personal «Ven conmigo«, el discípulo se verá pronto perdido, sin saber qué hacer ni a dónde ir.

El llamado no fue para gente selecta, más bien sencilla. La clave fue la fuerza del amor. Jesús de Nazaret presentó la fe en él como amistad y trabajo en común, por un mundo más luminoso y fraterno.

    – Señor, que yo os conozca, porque si os conozco os amaré; que yo os ame, porque si os amo os seguiré.
    – Tal vez no baste creer en Dios, debió pensar el Maestro, puedes apuntarte a ser discípulo de Jesucristo, a tu manera.

Encontré en mi mochila estos versos como eco de la propuesta de imitación y seguimiento:

    YO VOY, SEÑOR

    Yo voy, Señor.

    Quien quisiere venir conmigo,
    habrá de comer y vestir
    como yo.
    Quien quisiere trabajar conmigo,
    vivirá y dormirá
    como yo.

    Yo voy, Señor.

    Trabajar en el día, velar en la noche,
    alcanzará la gloria si dura en la pena
    como yo.
    Si quisieres vivir conmigo
    habrás de ofrecer y dejar todo
    como yo.

    Yo voy, Señor.

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En comentario lindo soneto de una seguidora enamorada.
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Manos amigas / el creador

— Si voy a vivir toda la vida conmigo, mejor que sea mi amigo.

Alguien que te quiere bien pensó poner en verso algo de tu entrada ‘Las manos de Dios’. Fue un diálogo amistoso entre la criatura y su creador. Que pueda servir de recuerdo, también como canto y rezo del corazón al divino Señor.

    MANOS AMIGAS

    Manos de alfarero
    trabajan mi arcilla tierna
    acariciando dan forma y belleza,
    fragilidad y pobreza.
    Me dejaré hacer a su imagen
    trabajador incansable
    haciéndome suyo.

    Manos de padre
    dan la mano y acompañan
    mi vida en sus manos.
    Él me levanta y abraza
    me recibe en la casa,
    me lleva de su mano
    a la mesa que prepara.

    Manos que abrazan mi indigencia y mi pecado,
    padre y madre que reconforta.

    Manos de pastor guían mis pasos
    por un camino llano,
    él va conmigo, nada temo.
    Si me pierdo me toma en su brazo,
    cura mis heridas;
    si cansado
    me acaricia y consuela.

    Él me anima a seguir el camino y vigila mis pasos,
    dejándome libre.

    Manos de viñador
    que cuidan su viña y mi vida
    que esperan los frutos.
    Él riega la tierra con el sudor de su frente
    y su agua buena;
    su mano podará lo reseco, limpiará lo que estorba.
    Con él sarmiento en la vid, correrá por mis venas
    su misma vida.

    Manos amigas
    estrechan las nuestras
    acarician y sanan.
    Manos heridas que sufren y rezan
    deseos y menosprecio.
    Manos que tiemblan y hablan,
    en silencio.

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Añadiré la súplica confiada de unos días de oración en la montaña: «Haz, Señor, que sienta tu amor en la mañana y me acompañe todo el día; alarga tus manos y aprieta, entre las tuyas, mis pobres manos».