# No anden preocupados por su vida. Miren las aves del cielo, no siembran ni recogen en graneros. Consideren los lirios del campo, cómo crecen, su Padre celestial los alimenta. No se preocupen por el mañana. Bástele a cada día su afán (san Mateo c.6).
En este tiempo difícil para vivir y trabajar, será lamentable la AVARICIA de unos cuantos a costa de la pobreza de tantos.
– Recordaré la CONFIANZA de vivir que Jesús de Nazaret nos ofrece, la providencia, el cuidado de sus criaturas.
– Habré de poner orden en mi relación con las cosas, con los bienes, en mis afanes y egoísmos.
Nuestra época de agobio y consumo, necesita SENCILLEZ y AUSTERIDAD, ir a lo necesario dejando lo superfluo, compartir con el que necesita ayuda, amar la vida y respetar la naturaleza, no tan esclavos del tener.
# Vivimos casi siempre en la corteza de la vida. Se nos está olvidando lo que es saborear la vida desde dentro. Por ser humana a nuestra vida le falta una dimensión esencial: la interioridad (J.A. Pagola).
Vivir el día a día en paz y libertad, contentos y agradecidos, como los pajarillos y los lirios del campo. ¿Será solo una ocurrencia, un sueño o una utopía?
En su visita a Jerusalén el PAPA FRANCISCO guardó en el Muro de las Lamentaciones un escrito con el Padre nuestro del Sermón del Monte: «Danos hoy el pan de cada día», y el Salmo 122: «Nuestros ojos están fijos en el Señor, esperando su misericordia».
Pasado el tiempo, más recientemente el pasado octubre 2023, el Papa Francisco escribió un Mensaje sobre la confianza, en los 150 años del nacimiento de santa Teresa de Lisieux, «C’EST LA CONFIANCE».
De nuevo pensando sobre la confianza. No bastará CREER, necesitaremos también CONFIAR, siempre pero mucho más en momentos difíciles. Si uno recibe malos tratos de la vida o se oscurece la fe, pedirá por favor que no se agote nunca el amor ni se pierda la paz.
Confiar en uno mismo y en los demás, confiar en Dios. Será el sentir recíproco del creyente…
– Yo sé que mi Señor confía en mí porque me ama, yo puedo confiar en él porque soy suyo y no me dejará de su mano.
Oraciones de todos los tiempos, como los Salmos de la Biblia, son frecuentes en ruegos de ayuda y expresiones de confianza:
– Nada temo porque tú vas conmigo.
– Protégeme, Dios mío, yo me refugio en ti.
– Mi suerte está en tu mano.
– Como un niño en brazos de su madre.
De todo esto me hizo caer en la cuenta la lectura del SALMO 121 presentado como canto de peregrinación. JESÚS de Nazaret debió rezar este salmo en el peligro y la tentación, o al verse incomprendido y acosado por sus enemigos.
Es un canto al centinela divino, que vigila sin cesar por sus criaturas. Bien pudiera ser la súplica confiada del hijo pródigo o de la oveja perdida…
Levanto mis ojos a los montes
¿de dónde me vendrá la ayuda?
La ayuda me viene del Señor
que hizo el cielo y la tierra.
– Él no dejará que resbale tu pie
¡tu guardián no duerme!
No duerme ni dormita
el guardián de Israel.
El Señor es tu guardián
la sombra protectora a tu derecha,
de día no te dañará el sol
ni la luna de noche.
– El Señor te protegerá de todo mal
y cuidará tu vida,
Él te protegerá en la partida y el regreso,
ahora y por siempre.
* Imagen: Tobías y el Ángel, Eduardo Rosales, 1860, Museo del Prado (Madrid).
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Cerca de Ti, Señor, Yo quiero estar. Tu grande y tierno amor Quiero gozar.
Llena mi pobre ser. Limpia mi corazón. Hazme tu rostro ver En la aflicción.
Mi pobre corazón Inquieto está. Por esta vida voy Buscando paz.
Pasos inciertos doy. El sol se va, Mas, si contigo estoy, No temo ya.
Día feliz veré Creyendo en Ti, En que yo habitaré Cerca de Ti.
¿Quién es Dios? ¿Cómo es Dios? En la secular búsqueda por el principio y fin de todo, ¿no será el hombre el creador del mismo dios, una criatura que la mente humana ideó?
Si para algunos no bastó el principio y fin de la física, el pensamiento y el corazón buscaron un principio y un final diferente que la metafísica y las religiones ofrecerán.
– ‘La buena ciencia será respetuosa de la fe, pues hay misterios que no pudieron entender. . Como dirá Borges en su verso, ‘Qué Dios detrás de Dios la trama teje’.
El Dios obra nuestra deberá ser contrastado con lo que el propio Dios de las religiones y los poetas dirá de sí mismo, si piensa y siente, como parece, pues tiene corazón y habla.
– La Biblia criticó los ídolos, esos dioses sin alma, ‘Tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven, tienen oídos y no oyen’
– ¿Qué utilidad la de esos diosecillos de hechura humana? La Biblia responde: ‘Confíen en el Señor de cielo y tierra, él será su ayuda y escudo’
En el ir y venir de estos versos, Antonio Machado, el maestro de Castilla, nos hará pensar y buscar entre Dios y nosotros, afirmando el uno y el otro, juntando sin negar lo que parece distinto.
Dios no es el mar, está en el mar, riela
como luna en el agua, o aparece
como una blanca vela;
en el mar se despierta o se adormece.
Creó la mar, y nace
de la mar cual la nube y la tormenta;
es el Criador y la criatura lo hace;
su aliento es alma, y por el alma alienta.
Yo he de hacerte, mi Dios, cual tú me hiciste,
y para darte el alma que me diste
en mí te he de crear. Que el puro río
de caridad que fluye eternamente,
fluya en mi corazón. ¡Seca, Dios mío,
de una fe sin amor la turbia fuente!
–Antonio Machado, Profesión de fe, Campos de Castilla.
Y vean de Jorge Luis Borges, del poema ‘Ajedrez’, los tres versos correspondientes:
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonía?
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Una notas musicales nos ayudarán tal vez para acercarnos con respeto al misterio de Dios y de las criaturas: ‘Largo’, from the opera Xerxes by G.F. Handel.
Me comentaron que al tiempo de morir a un amigo nuestro le oyeron decir ¡Qué frágiles somos! Será un tópico de la filosofía, lo efímero y frágil que es el existir humano.
¿Qué dijo la Biblia? Comparó la vida con la neblina, o con una hierba que florece por la mañana y por la tarde se seca. Tú vives creyendo todo lo tuyo eterno, y olvidas su corta duración.
– ¿Qué es el hombre? Se asemeja a un soplo, sus días una sombra que pasa.
– El hombre dura como la flor del campo, el viento la roza y ya no existe.
– Tengo bienes para mucho… Si te reclaman el alma ¿para quién será?
– ¿Vuestra vida? Neblina que aparece y se desvanece.
Les recordaré estos versos de Miguel Ángel Buonarroti (+1564), las grandezas y miserias de su tiempo y de su propia vida. Miguel Ángel, hombre de fe, ya cansado, nos dirá lo que en sus adentros sentía:
«Llegado ha el curso de la vida mía,
con tempestuoso mar, en frágil barca,
al común puerto, donde se va a rendir
cuenta y razón de obras tristes o piadosas.
Así la apasionada fantasía
que del arte hizo mi ídolo y monarca
conozco ahora estar de error cargada
y lo que, mal su grado, busca el hombre.
Los amorosos pensamientos, alegres y vanos,
¿Qué harán si a dos muertes me aproximo?
De una estoy cierto, la otra me amenaza.
Ni pintar ni esculpir me dan sosiego
al alma, vuelta a aquel amor divino
que en la cruz a todos nos abraza.»
(El texto original italiano en comentario)
Así mismo en el soneto de Francisco de Quevedo:
¿Qué otra cosa es verdad sino pobreza
en esta vida frágil y liviana?
Los dos embustes de la vida humana,
desde la cuna, son honra y riqueza.
. . El tiempo, que ni vuelve ni tropieza,
en horas fugitivas la devana;
y, en errado anhelar, siempre tirana,
la Fortuna fatiga su flaqueza.
. . Vive muerte callada y divertida
la vida misma; la salud es guerra
de su proprio alimento combatida.
. . ¡Oh, cuánto, inadvertido, el hombre yerra:
que en tierra teme que caerá la vida,
y no ve que, en viviendo, cayó en tierra!
Testimonios de personas ante su final cercano. Solo importó el amor, lo que valió la pena y permanece:
– Vive cada día, ama, abraza, ríe siempre que puedas, aprecia la belleza de todo lo que te rodea, mañana puede ser tarde.
– Impregna la vida de ideales justos, tiende una mano si puedes y alguien necesita, no dejes que la vida pase por ti sin tú hacer nada.
– No puedo hablar, pero amo y sueño. Vivo cada día como si fuera el último.
– El universo, la vida, sin Él no tienen sentido. Agradezco a Dios el nuevo día.
San Francisco de Asís vivió el tema de la fragilidad con la ‘Sabiduría de un pobre’… Saber que ‘Dios es’, saber esto fue la sabiduría del pobre de Asís. Solo quedará el silencio y el darse todo a la vez, justo para alabar al Creador… En su donación, Francisco llegó a la madurez del que ya nada espera, sino el regalo de la muerte.
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(1) Textos: Cf. Salmos 103 y 143; san Lucas c.11; carta Santiago c.1.
(2) Vean sobre el tema las reflexiones del Eclesiastés, «Hay un tiempo para gozar y un tiempo para penar».
(3) «¡Tan Frágiles y Tan Amadas!», interesante artículo, reflexión para el Adviento, de Mª Carmen Martín [vitaetpax.org], fragilidad compartida, fragilidad enamorada.
(4) Nuestra colección de poesías «No tardes más», eBook, pdf.
«El Espíritu es el que da vida, la carne para nada aprovecha. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida» /san Juan c.6
# El sacerdote y escritor José L. Martín Descalzo, nos dejó su testimonio poco antes de morir:
«Soñé a lo largo de mi vida muchas cosas. Ahora sé que solo salvaré mi existencia amando; que los únicos trozos de mi alma que habrán estado verdaderamente vivos serán aquellos que invertí en querer y ayudar a alguien. ¡Y he tardado cincuenta años en descubrirlo!»
Él mismo confesó también con estos versos:
Morir sólo es morir. Morir se acaba.
Morir es una hoguera fugitiva.
Es cruzar una puerta a la deriva
y encontrar lo que tanto se buscaba.
Acabar de llorar y hacer preguntas;
ver al Amor sin enigmas ni espejos;
descansar de vivir en la ternura;
tener la paz, la luz, la casa juntas
y hallar, dejando los dolores lejos,
la Noche-luz tras tanta noche oscura.
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# Jean Pierre Schumacher, monje superviviente de la matanza de Tibhirine (Argelia), recordó la razón de aquellos hechos:
‘Ninguno de mis hermanos deseaba morir mártir. En cada uno una batalla interna para vencer el miedo de ser víctima de una agresión violenta o ser tomado rehén por los islamistas.
. . Su fidelidad a la decisión de no abandonar a la gente de su entorno, fue la causa de su secuestro y de su muerte, fue por amor.
. . No me asusta la muerte, soy un hombre libre, dirá Luc el anciano monje médico’
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# Esta propia confesión de enigmas y certezas:
Si la vida es vida,
razones, besos
emociones y sueños,
cuántos.
Si la muerte es muerte
besos y emociones
cuántos sueños,
dónde.
La vida muerte,
fue eternidad menuda.
La muerte vida
será eternidad divina.
# Pasado un tiempo encontré este poema de Claribel Alegría, poeta nicaragüense:
Quiero entrar a la muerte
con los ojos abiertos
abiertos los oídos
sin máscaras
sin miedo
sabiendo y no sabiendo
enfrentarme serena
a otras voces
a otros aires
a otros cauces
olvidar mis recuerdos
desprenderme
nacer de nuevo
intacta.
# Vean este conocido soneto de Francisco de Quevedo:
‘Amor constante más allá de la muerte’
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra, que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora, a su afán ansioso lisonjera;
.. mas no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria en donde ardía;
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa;
.. Alma a quien todo un Dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,
.. su cuerpo dejarán, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrán sentido.
Polvo serán, mas polvo enamorado.
# Para terminar con estos versos del Salmo 27, confianza sin fisuras:
«El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida»
– Señor, mi corazón no es ambicioso
ni mis ojos altaneros
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad,
sino que acallo y modero mis deseos
como un niño en brazos de su madre. /salmo 130
. . A veces vivimos encorvados por heridas y temores, víctimas del orgullo y la decepción. . . Dios nos invitará a dejar caer el peso muerto, romper cadenas y remontar el vuelo.
. . Nos tenderá la mano para salvar obstáculos, plantando cara al temor.
. . Solo hay que intentarlo, confiando en que no vamos solos.
Estos pensamientos nos hablaron de quien sabe y confía, con humildad, ‘como el niño en brazos de su madre’, recuperando confianza en sí mismo.
María, la madre de Jesús, madre de Dios, será para nosotros pobres pecadores ‘Madre de la Esperanza’, pues juntando la Fe con el Amor, nos hará sentir mucha confianza.
* Imagen: Virgen de Vladimir, ícono bizantino s.xii, Moscú, conocida también como ‘Virgen de la Ternura’. Copia de E.Domingo
Virgen amable, madre buena,
como niño en tus brazos
me siento seguro, arropado.
Quiero tener tu misma fe que confía,
tu fe que espera,
tu misma fe que ama,
dice sí y se pone en camino.
Quiero comunicar paz y esperanza,
la buena noticia:
Jesús está con nosotros.
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Reaparece en el blog el tema de la muerte y de la vida. Llegando del funeral de un querido colega, persona justa y buena, leo en la Biblia estas ideas de un sabio contemporáneo de Jesús:
«¡Dios no hizo la muerte ni goza destruyendo a los vivientes! Todo lo creó para que subsistiera; las criaturas del mundo son saludables: no hay en ellas veneno de muerte, ni el abismo impera en la tierra, porque la justicia es inmortal» (Sabiduría c.1)
La realidad desmentirá en parte este pensamiento. Por su parte Jesús de Nazaret y sus seguidores apostarán firmemente por la Vida y el Amor que no tienen final, ni siquiera después de la muerte.
«El que cree en mí no morirá para siempre, la muerte no tendrá dominio sobre él… No teman porque yo he vencido a la muerte» (s.Juan c.6)
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Pasado un tiempo pensé traer este Salmo (23) que se canta y reza en funerales, es de confianza y resurrección:
«El Señor es mi pastor: nada me falta; en verdes pastos me hace reposar. A las aguas de descanso me conduce y reconforta.
. . Aunque pase por quebradas oscuras, no temo ningún mal, porque tú estás conmigo, y voy sin miedo.
. . La mesa has preparado y con aceites perfumas mi cabeza. Mi mansión será la casa del Señor por siempre»
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Y un sábado santo me llegó este texto profético para animar nuestra esperanza, pues al final como al principio, Dios es amor, siempre amor:
«Así dice el Señor: En su aflicción madrugarán para buscarme y dirán: Vamos a volver al Señor: él nos sanará; él, que nos hirió, nos vendará. En dos días nos sanará; al tercero nos resucitará; y viviremos delante de él» (Oseas c.5)
– ¿Cómo podemos los seres humanos llegar a causar tanto dolor y sufrimiento en nuestros semejantes? ¿Cómo puede el odio aliado con el poder producir tanta destrucción y muerte?
– ¿Qué decir de las prisiones secretas, de la tortura y el desprecio de la vida del prisionero o del indefenso? ¿Qué utilidad redentora tendrá tanta injusticia y dolor?
La Pasión de Cristo fue pasión de dolor por la gran crueldad, mas también pasión de amor por el gran amor que comunicó. Quedó de manifiesto que el odio y la envidia hieren y matan. Solo el amor y la compasión salvan de la muerte y resucitan.
Jesucristo reveló en su Pasión que Dios tiene corazón, que el Padre está cerca del abandonado y maltratado, que llegará pronto para limpiar su rostro y librarlo de la muerte, para restaurar su dignidad.
Algunos oyeron a Cristo rezar desde la cruz un murmullo con versos de salmos:
– Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
– Te invoco de día y no respondes, de noche sin descanso, no hay nadie para socorrerme.
– No despreció la miseria del pobre, no le ocultó su rostro, cuando pidió auxilio lo escuchó.
– En tus manos encomiendo mi espíritu. Ten compasión de mí, mi vida está en tus manos.
La Pasión de Cristo duró toda su vida, cuando conoció el dolor o la ausencia de sus seres queridos, cuando vio llorar a los niños o penar a las madres, cuando oyó a lo lejos el lamento del leproso y el grito del hambriento.
Sus entrañas se conmovieron con frecuencia por el sufrimiento de sus semejantes, su corazón sangraba y sus labios callaban, sus ojos lloraban por la muerte de sus amigos, ante la mujer amenazada o el enfermo incurable.
La Pasión de Cristo continúa ahora en tantas personas maltratadas, excluidas o humilladas, en la pobreza y muerte indignas, en injustas condenas, en las ideas perseguidas.
La Pasión prosigue también en la fidelidad del amor solidario, en el perdón ofrecido, en la compasión sin condiciones, en el buen samaritano de cada día y de cada hora, en los via crucis sin fin de pueblos y barrios del mundo.
«Fluye sangre de tus sienes
hasta cegarte los ojos.
Cubierto de hilillos rojos
el morado rostro tienes.
Y al contemplar cómo vienes
una mujer se atraviesa,
te enjuga el rostro y te besa.
La llamaban la Verónica.
Y exacta tu faz agónica
en el lienzo queda impresa»
(Via crucis VI, Gerardo Diego)
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* Imagen: Icono de la Santa Faz o «Acheropita», s.xvi, presentación del rostro de Jesucristo, la imagen desfigurada restablecida ya en su original dignidad y belleza.
«El aspecto de su rostro cambió, y sus vestidos se volvieron resplandecientes» (san Marcos c.9)
– En el rostro transfigurado de Jesús brilló un rayo de la luz divina de su interior. Esa misma luz resplandecerá en el rostro de Cristo el día de su Resurrección. La Transfiguración anticipó el misterio Pascual.
(Benedicto xvi)
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* La Transfiguración, Fra Angelico
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La tradición occidental identifica como verdadero Rostro la huella de Cristo en la tela que secó su cara camino del Calvario; en el evangelio apócrifo de Nicodemo fue Verónica, la mujer del flujo de sangre.
Varias Iglesias dijeron poseer la imagen del Rostro de Cristo. Cuenta la ‘Leyenda Aurea’ que el emperador Tiberio se curó al ver la imagen que llevó a Roma la Verónica. Verán detalles en comentario.
Según el Oriente cristiano, la auténtica Santa Faz es el ‘Mandylion’ de Edesa, retrato enviado para curar al rey Abgar. La Santa Faz de Yaroslavl, aquí en la imagen.
Jesucristo es el icono, la imagen del Dios invisible, que presentó rostros diversos:
. . El apacible rostro de Jesús,
en el monte de Bienaventuranzas.
. . Su rostro transfigurado,
que brillaba como el sol.
. . El rostro desfigurado por el dolor,
bajado de la cruz.
. . Su rostro de hombre nuevo resucitado,
reconocido «al partir el pan».
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* La Santa Faz, Icono ruso, s xiii, Yaroslavl (Rusia). Los ojos grandes darán magnetismo al rostro; la nariz, la boca pequeña y cerrada, silencio y fuerza interior.
= En Comentarios verán más detalles y antiguas tradiciones.
El canto acompañará nuestra meditación, atentos a la grandeza de la persona y el mensaje de Cristo:
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En la fiesta de la Transfiguración del Señor, vean aquí la Homilía del Papa Francisco en Lisboa, con nuestro subrayado, en la Misa final de la Jornada Mundial de la Juventud, agosto 2023: HOMILIA_JMJ.